viernes, 16 de diciembre de 2011

No hacen falta las palabras.

Es tu exquisitez embriagadora que penetra por mi boca la que me incita a pecar.Es mi cuerpo esbelto el que hace arder tu piel.Es el deseo y el placer ecuménico el que te hace palpar esta insoportable rigidez,tremendamente poderosa,que se estremece bajo el susurro de tus labios sedientos y se vuelve hierro.

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